Quizá sea uno de los mariscos más populares de todo el planeta y uno de los principales habitantes de las costas españolas. Crustáceo nadador por excelencia, el langostino permanece inactivo durante gran parte del día. Así, durante las horas de sol se encuentra enterrado bajo la arena y por la noche sale para buscar alimento.
El langostino vive en zonas poco profundas cerca de las playas y desembocaduras de los ríos. La suavidad y ligereza de su carne hacen que sea un manjar codiciado en muchas mesas. Por eso, optar por el langostino cocido congelado es una alternativa inteligente y sabrosa.
¿Cómo diferenciarlo de la gamba?
Físicamente, podemos distinguir al langostino de la gamba o la quisquilla por tener un color rosa más pálido -casi blanquecino-, antenas alargadas y 10 patas (decápodo). Además, dentro de esta especie, los machos y las hembras se diferencian con gran facilidad. Los primeros presentan mayor tamaño (de 10 a 15 centímetros) y color rosáceo, mientras que las hembras son más pequeñas y tienen un aspecto más amarillento.
Propiedades nutricionales
Añadir langostinos cocidos congelados a nuestra dieta semanal es una buena opción ya que poseen un alto contenido en proteínas, vitaminas (B y D) y minerales (calcio, fósforo, yodo). Pero, además, presentan un bajo índice calórico, por lo que son aconsejables para todo tipo de personas.
Es bueno recordar que, para saborear y disfrutar de este marisco en todo su esplendor, no deberemos mantenerlos más de un año en el congelador. Durante ese tiempo, deberán encontrarse a una temperatura media de menos de 20ºC. De este modo, nos aseguraremos de que conserva intactas todas sus propiedades a la hora de consumirlo.
Recetas sabrosas con langostinos cocidos congelados
¿Quién no los ha consumido alguna vez en los tradicionales cócteles con salsa rosa? Pues, además, podrás completar tu recetario con unas deliciosas brochetas de langostinos y pollo (típico de la Costa Brava), un pastel de verduras a base de calabacín, pimientos, zanahorias y langostinos o como acompañantes sobre una base de pasta y salsa carbonara.
Y si prefieres algo más rápido, prepara una estupenda ensalada de langostinos y aguacate (con tomate, cebolla y queso tierno) o un suculento revuelto de setas y langostinos. Harán las delicias de tu familia y podrás darte un capricho sin grandes esfuerzos.
¡Apuesta por los langostinos cocidos congelados y déjate seducir por su exquisitez!
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