Gracias al primer Networking que se celebró la semana pasada en Loja pudimos tener la oportunidad de escuchar de mano de nuestro mejor representante, Joaquín A. Conde, director financiero, cómo se vive desde dentro la filosofía de empresa de Apolo. El networking, que viene a ser una agrupación de distintos representantes de empresas locales, nos permite, cosa que celebramos, conocer el modus operandi de las diferentes empresas y crear un espacio donde todo lo que se pueda compartir o acordar entre los empresarios se haga.
Lo que nos define
A día de hoy la cultura que existe sobre el emprendedor es muy amplia en todos los sectores de la sociedad. La sociedad española, desde la incursión del país en la Unión Europea es mucho más consciente de su situación real y tiene menos complejo a tomar decisiones. Apolo se define como un proyecto emprendedor, no tanto porque naciera como tal, sino porque continua emprendiendo hoy.
Nuestra historia
Un proyecto emprendedor siempre nace arriesgando y Apolo no fue una excepción. En 1963, cuando Apolo nació como empresa lo hizo de la mano de Apolonio Alcaide y Ana Ávila, una pareja de recién casados que apostaron por los alimentos congelados. En los años 60 los alimentos congelados eran toda una apuesta y hubo momentos de duda en los que se planteó cerrar la empresa. Los expertos sin embargo aconsejaban que se mantuviera abierto, que los congelados serían el futuro.
A raíz de que la gente conociera que los tripulantes de la nave que llevó a los primeros humanos a la Luna comían alimentos congelados la comida congelada empezó a popularizarse en Estados Unidos. Tardaría en llegar a España, pero al fin sucedería.
Continua evolución
La filosofía que marca la diferencia con el resto en Apolo es la de continuar conservando el espíritu emprendedor que hace poner en marcha un negocio a una persona. Esto significa que en Apolo tenemos sueños. Disfrutamos de nuestro presente, lo que vemos que tenemos, y todo lo que se ha construido con el trabajo y esfuerzo de tantas personas. Disfrutamos de la historia de la marca. Pero si en Apolo tuviéramos la suerte o desgracia de sólo disfrutar de lo que ya existe no podríamos continuar evolucionando.
Apolo es ese hombre/mujer que sigue sorprendiendo a su pareja tras un matrimonio, que en este caso tiene ya 54 años de casados.
El futuro de Apolo
Por nuestra historia y lo que debemos a la mentalidad emprendedora y al riesgo en Apolo somos admiradores de estas filosofías sobretodo cuando hay un esfuerzo detrás respaldando determinadas ideas. ¿A dónde nos llevará nuestra mentalidad y esfuerzo ahora que tenemos grandes posibilidades de maniobra?
El futuro de Apolo está en abrir horizontes, en llegar desde Loja a todo el mundo. A día de hoy exportamos muchos de nuestros productos al extranjero. Trabajar en conseguir un buen producto que podamos exportar con facilidad, que lo hagamos orgullosos. Y seguir trabajando para respetar la filosofía que ha hecho grande esta empresa.